31.1.14

La subasta inolvidable

Hedonismo desenfrenado y voracidad de gárgolas norteñas en decadencia


Cuatro poderosos aspiraban darle el mordisco a la muy grotesca obra de Francis Bacon, que finalmente batió un récord mundial,

142 Millones de dólares costó la pintura subastada más cara del mundo
por Iván Augusto Briceño Linares

Radio Santa Fe de Colombia:

« La obra de Bacon expresa la autodestrucción a través de la figura humana deformada, mutilada y expuesta en lo que según Mariano Akerman, autor del artículo Bacon: Painter with a Double-Edged Sword, es una reflexión sobre la "soledad, la violencia y la degradación". El artista plástico e historiador argentino cita a Bacon: "Quisiera que mis pinturas se vieran como si un ser humano hubiera pasado por ellas, como un caracol, dejando un rastro de la presencia humana y un trazo de eventos pasados, como el caracol que deja su baba" » (Radio Santa Fe, 1070 A.M., Bogotá, 13 de noviembre de 2013; accedido 31 de enero de 2014).


Artículo completo:

El tríptico del pintor anglo-irlandés Francis Bacon se convirtió en la pintura más cara jamás subastada, la pintura que costó 142 millones de dólares está representado Lucian Freud también reconocido pintor y amigo del artista.

Tal era el deseo de los coleccionistas de arte contemporáneo por adquirir el tríptico 'Tres estudios de Lucian Freud', de Francis Bacon, que la casa de subastas Christie’s adelantó el orden en que se presentó la pintura elaborada en 1969 y que desbancó del trono de la más cara jamás subastada a 'El Grito' de Edward Munch, vendida por 120 millones de dólares en el 2012.

La obra que muestra al también eminente pintor Lucian Freud en tres paneles de casi 2 metros por 1,50 cada uno fue catalogada por Florence de Botton, vicepresidenta de la casa de subastas Christie’s Francia y especialista de arte contemporáneo como "un ícono" y una "obra maestra de uno de los grandes pintores del siglo XX".

La pintura se subastó por 142,4 millones de dólares con impuestos (el valor neto fue de 127 millones) y se vendió en seis minutos, en una puja telefónica entre dos postores y otro oferente que se encontraba en la sala del Rockefeller Center, en Manhattan, durante la sesión de otoño de arte contemporáneo y de posguerra de la casa de subastas Christie’s.

El tríptico fue adquirido por la galería neoyorquina Aqcuarella y antes de esto había estado dividido entre la galería Galatea de Turín, la galería Odermatt de París y colecciones privadas de coleccionistas italianos, franceses y japoneses.

Con esta venta, la obra del artista se sitúa como tercera en la lista de las más caras, después de 'Los jugadores de cartas', de Paul Cézanne, que se presume fue adquirido por la casa real de Catar por 250 millones de dólares y 'El Sueño' de Pablo Picasso adquirido en una venta privada por 155 millones de dólares.

El otro hito de la velada pertenece a 'Balloon Dog (Orange)', de Jeff Koons que se convirtió en la obra más cara subastada por un artista vivo, con una suma de 52 millones de dólares.

En la velada de Christie’s se planeaba recaudar 495 millones de dólares en una sola sesión, cifra que fue superada con creces ya que se vendieron 611,35 millones de dólares sin impuestos. Otras obras subastadas fueron 'Untitled VIII' de Willem De Kooning por 28,5 millones y 'Coca Cola' y 'Mercedes-Benz W 196 R Grand Prix Car' de Andy Warhol, por 51 y 11,5 millones de dólares respectivamente.

Bacon y Freud

Esta pintura tiene una historia particularmente especial que le agrega un valor único. Bacon y Freud, amigos y rivales a lo largo de su vida, son considerados por expertos del arte como Cécile Debray, conservadora y curadora de la gran retrospectiva Lucian Freud organizada en el 2010 por el Centro Pompidou de París y quien dijo a AFP que estos artistas son "quizás los dos mejores pintores británicos contemporáneos".

Se conocieron en 1945 cuando Bacon contaba con 36 años y Freud con 23 e instantáneamente desarrollaron una cercana amistad en la que se alimentaban creativamente el uno del otro, sobre todo en los inicios de la carrera del segundo, quien se vio profundamente influenciado por su mentor. El primer retrato que pintó Bacon de Freud data de 1951.

Durante los años 50 y 60 fueron parte del jet-set inglés y "verdaderos nightclubbers" según Debray, quien conoció personalmente al nieto de Sigmund Freud y contó a AFP que sus andanzas escandalizaron a la sociedad de esos años.

Enfermo de niño, homosexual expulsado de su casa a los 16 e influenciado por el periodo entre guerras, la obra de Bacon expresa la autodestrucción a través de la figura humana deformada, mutilada y expuesta en lo que según Mariano Akerman, autor del artículo Bacon: Painter with a Double-Edged Sword, es una reflexión sobre la "soledad, la violencia y la degradación".

El artista plástico e historiador argentino cita a Bacon: "Quisiera que mis pinturas se vieran como si un ser humano hubiera pasado por ellas, como un caracol, dejando un rastro de la presencia humana y un trazo de eventos pasados, como el caracol que deja su baba".

La relación entre los dos artistas, considerada por los aficionados del arte como una fascinante, se rompió hacia finales de los años 80. Los motivos son aún desconocidos, aunque Debray explica que quizás fue un caso de celos de Bacon hacia Freud, quien con el tiempo se volvió más popular y exitoso.

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